Buenos Aires, Viernes, 22 de Noviembre de 2024

Desarrollo con el agro integrado

En la Argentina del Centenario se legitimó un modelo de producción agropecuaria   basada fundamentalmente en la explotación ganadera y en la exportación de materias primas de cultivos tradicionales como trigo, maíz - hace no muchos años se agregó la soja – cuyo control se concentró en pocos y grandes grupos nacionales y transnacionales.

Como consecuencia, el modelo del desarrollo económico del país y esencialmente el crecimiento  de las actividades rurales, se sometió a una dependencia financiera de los mercados internacionales, conllevada hasta en los aspectos políticos y culturales.

Esa hegemonía ejercida históricamente por un modelo de agricultura industrializada a gran escala con asiento en la concentración de capital a escala global, excluye a miles de productores rurales que, asentados en pueblos del interior de nuestro país, conforman un conjunto de actividades rurales generadoras de una producción orientada a mercados locales, nacionales e internacionales con un inmenso aporte de valor agregado y un componente de integración social de mayor magnitud que ese desarrollo selectivo ideado en el siglo pasado.

Es por eso que, al igual que en otras áreas que hacen al corazón de una Nación, es el Estado Nacional quien tiene la obligación de definir políticas de desarrollo que contemplen el progreso y bienestar de todo el conjunto de sus ciudadanos.

 

Entrevistamos al ingeniero Guillermo Martini, Subsecretario de Desarrollo

Rural y Agricultura Familiar de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos de la Nación Argentina, acompañados por el Dr. Miguel Recalde, Jefe de Gabinete de dicho Ministerio.

 

¿Cómo surge la Corriente Agraria Nacional y Popular – CANPO –?

 

Ing. Martíni:  Básicamente surge de la inquietud de muchos compañeros profesionales ligados al sector agropecuario desde hace años que a pesar de las muchas acciones que se tomaron desde el gobierno nacional, veíamos que en el marco del recordado “125” el sector de la agricultura más concentrado se había apropiado en la opinión pública que el campo eran ellos.
A partir de allí, a pesar de estar trabajando en distintas áreas ligadas al sector, nos agrupamos en una construcción política sectorial abierta en la que, por propio peso casi todos sus integrantes comparten el modelo de gestión iniciado por el Dr. Kirchner, continuado ahora por la Presidenta de la Nación.

 

Actualmente se debate sobre un nuevo de desarrollo nacional, con un modelo rural del Bicentenario. ¿Cuáles son los principales ejes del debate?

 

Ing. Martíni:La investigación y el desarrollo de tecnología que posibilite el crecimiento de la producción que consecuentemente genere condiciones para alcanzar la independencia económica y la soberanía política.

Procesos agroindustriales que generen  desarrollo local y regional con  tendencia al equilibrio territorial, sin que las condiciones agro-climáticas, geográficas, o el mercado internacional, sean quienes regulen el crecimiento económico y social de todas las regiones del país.

La generación de todos los bienes necesarios que permitan desarrollarnos de manera integral, generando trabajo, asegurando la inclusión en igualdad de condiciones a todos los actores involucrados; tendiendo a la integración de cada región del territorio nacional.

La articulación de los actores territoriales a través de formas asociativas solidarias como pilar fundamental, por ejemplo: Cooperativas, Pymes, Consorcios Para Producción, etc.

 

 

¿Cuál es el rol del Estado Nacional en este modelo de desarrollo?

 

Ing. Martíni:  Con acciones concretas ha ido cambiando el paradigma del Estado ausente, con pérdida de la soberanía de decisión. Reivindicamos el rol del Estado cómo quien debe definir las políticas a nivel nacional donde el sector agropecuario está inmerso, ubicándolo en un marco integrado al conjunto de la nación. En contraposición a quien plantean, básicamente Confederación Rural y Sociedad Rural, el paradigma de un modelo agro exportador sin valor agregado en origen.

 

Dr. Recalde: En todo el proyecto del modelo, desde los inicios de la gestión en el año 2003, hubo dos etapas. En la primera se  impulsa el sector lanzando fuertemente a Argentina como uno de los principales países productores de alimentos. Después del conflicto político  el Estado toma un nuevo rol  y da respuesta con institucionalidad política, no sólo con impulso de medidas de gobierno sino que refuerza su accionar creando un Ministerio.

Y allí comienza un antes y un después, donde no se produjo ningún problema de los anunciados, como desabastecimiento de trigo o leche, tan es así que al día de hoy nos sobrepasó la producción llegando a los cien millones de toneladas, récord histórico en el país.

Desde ese momento en lo institucional las políticas de este Ministerio fueron prestar especial atención en como acompañar a los pequeños y medianos productores. En ese contexto surge el enfatizar importancia del  accionar de la Subsecretario de Desarrollo  Rural y Agricultura Familiar.

 

Ing. Martíni:   Resumiendo, el eje de focalización de la producción agraria cimentó el eje  de generación de recursos en la producción de comodities. Desde la creación del Ministerio de Agricultura, hoy gestionado por el Ministro Julián Domínguez, la visión del desarrollo rural es mucho más equilibrada.

 

¿Qué lugar ocupan las economías regionales en el escenario productivo actual?

 

Ing. Martíni: Ese desarrollo rural más equilibrado ha hecho que las economías regionales y las llamadas “otras agriculturas” acrecienten y consoliden su integración en el país federal. De manera que esfuerzo mediante, y con asignación de estructuras de atención especial al sector derivaron en resultados espectaculares.

A modo de ejemplo en el año 2003 se exportaban 236 millones de u$s en vino, en el año 2010 se exportaron 964 millones de u$s. Casi lo que se exporta en carne.

La producción de pollo pasó de 43 millones de u$s a 460 millones, multiplicándose por cinco. En el 2003 se exportaban 10 millones de u$s a 30 países de maquinaria agrícola, hoy 300 millones de u$s a 103 países.

Crecimiento que sin duda conllevó el crecimiento del número de establecimientos, productores y trabajadores, con el beneficio de inclusión social que eso significa.

 

 

¿Cómo son protegidos los pequeños y medianos productores?

 

Ing. Martíni: Con políticas orientadas a potenciar la diversificación productiva y la industrialización a nivel local y regional,

Promoviendo el trabajo conjunto con institutos de investigación como el INTA y el INTI.

Impulsando la asociación y el cooperativismo entre los productores, los diferentes estamentos de gobierno y los trabajadores.

Planificando la inversión en infraestructura y energía que posibilite desarrollar esas economías regionales. Desarrollo que  indudablemente redunda en una mejor calidad de vida de los pobladores de esas localidades y consecuentemente en un crecimiento del país.

 

 

La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) desde hace dos años trabaja junto a las economías regionales, ¿Cómo se integra esa entidad en el ámbito de discusión?

 

Ing. Martíni:  Hay una relación de tipo institucional, pero creo que es uno de los puntos en lo que hay que trabajar fuertemente para avanzar en la integración.

La base del desarrollo nacional es la Pyme, que genera empleo local,  arraigo de la población joven, ocupación territorial y que por ende se convierte en una economía absolutamente eficiente desde el punto de vista social.

Pretendemos un desarrollo armónico e integrador del país, y por definición el grueso de las empresas agropecuarias son Pymes.

De hecho, puedo citar el ejemplo de la maquinaria agrícola, concentrada mayoritariamente en las provincias de Córdoba y Santa Fe, que involucra a más de 300 empresas con 90.000 trabajadores y que tienen un posicionamiento del 80% de la producción.

Por eso reitero que al  estar las políticas orientadas al desarrollo de esa línea económica, es trascendente profundizar esa integración.

 

¿Qué rol cumplen los bancos oficiales, cómo el de Nación Argentina (BNA) o el  de Provincia de la Buenos Aires (BAPRO)?

 

Dr. Recalde:   Cuando se creó el Ministerio de Agricultura el BAPRO tenía sólo un programa de 49 millones de pesos destinados al sector lácteo, con bajo perfil de toma de créditos.

Al día de hoy la inversión financiera puesta por el BAPRO con subsidio de tasas de este Ministerio ronda los 1.500 millones de pesos en todas las áreas.

Obviamente el BNA viene cumpliendo su rol natural en todo el país, habiendo puesto más de 5.000 millones de pesos al servicio del sector.

 

¿Es posible que se produzca un nuevo paro del campo, como sucedió en el 2009?

 

Dr. Recalde:  Hoy ya no están dadas las condiciones, desde el Ministerio se han dado constante respuesta a las requisitorias, especialmente de aquellos que necesitan, que son los más en representación y menos en capacidad económica, léase Federación Agraria y Coninagro. Y se sigue trabajando en dar respuesta a la problemática que aquejan a  los integrantes del sector dialogando.

 

Ing. Martín: Me voy a permitir recordar una frase de la Presidenta de la Nación,”l a realidad cae por su propio peso”.

La producción de granos ha pasado de 60 millones de toneladas a 100 millones.

Al inicio de la gestión se registraban 14 millones de hectáreas hipotecadas, con 8.000 millones de dólares de deuda global y un importantísimo nivel de mora. Hoy se registran 80.000 hectáreas hipotecadas.

Con aporte de las provincias, casi 20.000 productores de condición 5 en el  Banco Central  refinanciaron sus deudas a 20 años y hoy son sujetos de crédito.

La producción de uva se multiplicó por 5, la del pollo por 6, y para la entrega de maquinaria agrícola, comprada y abonada, hay plazos de entrega de 4 a 6 meses.

Me permito analizar que condiciones podrían estar dadas para producir un nuevo paro dentro de ese marco.

 

Reforma del Régimen de Trabajo Agrario, ¿Cuáles son sus objetivos?

Ing. Martín: En el año 1980 por decreto se sacó del régimen general de contrato de trabajo a los trabajadores rurales.

Esta ley sólo intenta asimilar los derechos de estos trabajadores con el Régimen de Contrato de Trabajo Rurales, contemplando características específicas y propias de los sectores que se desempeñan en este tipo de trabajo.

Entre otras medidas no admite el trabajo a destajo, y si así lo fuese el ingreso mínimo del trabajador sería equivalente al Salario Mínimo.

Establece y regula condiciones de vivienda mínimas para los trabajadores agrarios.

Establece una tercera categoría entre estos trabajadores, la del trabajador temporario-permanente, recreando la figura del cosechero que va todos los años durante tres meses al mismo establecimiento, de modo que genere derechos proporcionales en lo que hace a jubilación e indemnización.

Establece la jornada de trabajo en 8 horas.

En resumen se trabaja en una ley basada en el reconocimiento que la Constitución Nacional establece sobre los derechos del trabajador, solamente que lo hace en el marco de un convenio con características muy específicas según el trabajo realizado