Buenos Aires, Viernes, 22 de Noviembre de 2024

¿Los peores momentos de la democracia?

Por Julio Emperador

Tal y como ya lo han destacado en otros medios de comunicación, me permitiré coincidir con ellos en disentir con el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires  respecto a sus expresiones referidas a que “atravesamos por el peor momento de la democracia”.

Sin que quepa un resquicio de duda, daría la impresión que el Ing. Mauricio Macri ha perdido la memoria y no recuerda ninguno de los muchos hechos trágicos que a los argentinos nos ha tocado padecer. Siempre dijeron ser en defensa de conceptos grandilocuentes, expresados con palabras incuestionables, pero que en la realidad escondían otros intereses más impuros, mucho menos confesables y que siempre tuvo que pagarlos la ciudadanía con sacrificio, sufrimiento y hasta con vidas.

Parece no recordar, que casi comenzado el siglo XXI  nuestra sociedad  sostuvo la popular bandera  “que se vayan todos” (los políticos, el incluido). Y que muy lentamente, con coincidencias y disensos particularmente estimulados desde el Gobierno Nacional, primero del extinto Dr. Néstor Kirchner y luego de la actual Presidenta de la Nación, se ha restablecido felizmente una múltiple participación ciudadana en el terreno político. Que afortunadamente incluye mayoritariamente a las generaciones más jóvenes.

Basta con sentarse a disfrutar de un café en cualquier bar de la ciudad para descubrir con beneplácito, que en las mesas contiguas se intercambian opiniones políticas, con coincidencias y disensos. Como corresponde.

Porque eso es la política “Actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto, o de cualquier otro modo”  para que entre todos construyamos la democracia: “Doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno”.  

El ingeniero parecería no recordar que la libertad sí la hemos perdido de un día para el otro.

 

Me voy a permitir refrescar algunos conceptos vertidos en el discurso inaugural de su gestión en el actual Gobierno de la Ciudad:

 

-“Queremos lograr, junto a cada uno de ustedes, una ciudad más vivible y más justa. Hay que animarse a soñar con una ciudad distinta”

N de la R: “vivible”, entendemos el concepto, pero la palabra no existe. Además, no creo que  los porteños o quienes la disfrutan y la padecen no se animen a soñar una  ciudad mejor, pero no distinta.

-“Hace años que en la Ciudad venimos sufriendo los mismos problemas. Todos los días vemos el caos en el tránsito, el deterioro de las escuelas públicas, la basura tirada en la calle, la contaminación, el mal estado de las veredas y las calles, y las colas en los Hospitales públicos. También vemos la dura desigualdad social, chicos trabajando en la calle, la exclusión de personas con discapacidad, jóvenes que no consiguen trabajo, personas durmiendo en cualquier parte. No podemos permitir que esto siga así. Y no lo vamos a permitir

N de la R: Es interesante analizar que contando con uno los mayores presupuestos en la historia de la ciudad, se hayan ejecutado sólo parcialmente partidas claves como vivienda, entre otras, y que la sensación del ciudadano sea que se mantienen los mismos problemas descriptos en el discurso inaugural.

-“…no vengo a ser oposición de nadie. No voy a guiarme por banderas políticas o diferencias partidarias. Quiero saludar especialmente a la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner.”

N de la R: No ser oposición de nadie podría ser indicio de una incapacidad para disentir con argumentos.

Me pregunto:

Referirse a la Presidenta de la Nación cómo la “señora de enfrente”.

Manifestar que “el Gobierno se apropió del manejo de la plata de los jubilados” (fue por una Ley del Congreso de la Nación).

Afirmar que el Estado se vea representado en el justo porcentual de participación es “violar la ley” (fue por un DNU). 

¿Serán esos argumentos válidos de disenso?

 

-“Respeto es darle a los docentes y a sus alumnos las escuelas adecuadas para que puedan encontrarse y estudiar juntos. Respeto es lograr que los médicos y sus pacientes tengan lugares y recursos para cuidar la salud, que tengan hospitales públicos de excelencia. Respeto es que la salud y la educación pública y gratuita funcionen bien, funcionen para todos. Eso es respeto.”

N de la R:   Aglutinar nombres sin tener en cuenta los  indiscutibles y sanos disensos entre corrientes de pensamientos políticos muchas veces diametralmente opuestos con el único propósito de acceder a un Gobierno Nacional ¿Eso es respeto?

En democracia, ya existe el poder que reúne a los representantes de esas corrientes políticas y dice llamarse Poder Legislativo.

La experiencia indica que cuando el Poder Ejecutivo de un Gobierno reúne intereses diversos y opuestos, con el sólo propósito de acceder al poder, es difícil hallar la sustancia viscosa aglutinante de modo que resulte un cuerpo compacto que defienda los  intereses de la comunidad y no de las corporaciones.

 

-“Llegó la hora de poner manos a la obra, de hablar menos y hacer más.”

N de la R: Al fin, en algo debíamos coincidir.