Una charla con Luis Bilancieri

Pasado el mediodía habíamos pactado una entrevista con Luis Bilancieri, quien fuera Director del Centro de Gestión y Participación N° 7 del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Llegó a la hora acordada y tuvimos el gusto de compartir una mesa de café charlando de temas por demás interesantes, pero fundamentalmente de la cuestión que lo apasiona,  su vocación de servicio en la gestión pública. Tanto es así que casi no había terminado de sentarse y ya nos había contado sobre su actual  desempeño en una Asociación Civil, a través de la cual gestiona ante el Ministerio de Trabajo la posibilidad de brindar cursos de apoyo a jóvenes de  la comunidad para mejorar su salida laboral, o su desempeño en los empleos.

Con un lenguaje simple pero esclarecedor, Bilancieri tiene la virtud de transmitir de una manera muy entendible su conocimiento y su posición respecto a las satisfacciones y los sinsabores que conlleva el desarrollo de una gestión.

Aprovechamos su experiencia para hacerle algunas preguntas, con la intención de esclarecer algunos aspectos de la gobernabilidad en las comunas como efecto de la susodicha Ley.

-¿Hay una creencia que el presupuesto que manejará cada comuna será suficiente para todo tipo de obras públicas?

-Es posible que así sea, quizás el vecino aún no está muy informado respecto de las potestades de la Junta Comunal (JC). La realidad nos indicaría que el presupuesto sería suficiente para obras de poca envergadura como arreglar baches, mantener espacios verdes y acciones similares. No podríamos, por ejemplo, asfaltar una calle.

-O sea que las comunas serían autónomas pero no autárquicas.

-Exacto; tendrían  la  potestad para regirse mediante normas y órganos de gobierno propios, pero no la autosuficiencia para bastarse con sus propios recursos.

-¿En las obras se presentarán inconvenientes desde el aspecto técnico o profesional?

-Sí. Si bien no son problemas imposibles de soslayar, seguramente la confección de los pliegos de las licitaciones y la fiscalización de las obras terminadas presentarán serios inconvenientes.

-La división actual de las comunas, ¿se corresponde con la realidad?

-A mi entender no. Por ejemplo, la Comuna 7 cuenta con sectores tan amplios como tan dispares en sus realidades socio-económicas. Las necesidades y requerimientos de los vecinos de los distintos sectores que conforman su territorio coinciden muy poco. Lamentablemente e irremediablemente eso conduce a una pérdida de identidad barrial del conjunto de vecinos.

-¿Cuándo serán las elecciones comunales?

-Se realizarán el próximo 10 de julio, junto con las de Jefe de Gobierno. Se presentarán listas que representan partidos políticos constituidos y aproximadamente cada 13.000 votos cada lista dispondrá de un representante comunal.  Quien encabece la lista que obtenga la mayor cantidad de votos ejercerá la Presidencia de la Junta Comunal. Es interesante destacar que cada lista debe disponer alternadamente como candidatos a un hombre y una mujer, de manera de lograr una equidad de género.

-¿Encarece el costo político el sistema de comunas?

Si lo tomamos en forma directa, sí. Una cuenta simple nos indica que 7 representantes de la JC por cada una de las 15 comunas serían algo así como sumar 78 legisladores a la CABA pero, por otra parte, cuantos más ciudadanos participen del sistema político de la democracia, más se fortalece esta.

¿Cómo fue el proceso hasta llegar a este sistema de comunas?

Allá por el año 1983 nacieron los Consejos Vecinales, que en la práctica no tenían ninguna identidad, ni mucho menos autonomía. Más tarde nacieron los CGP pilotos, los N° 13, 7 y 3; en plena crisis de principios de 2000. De manera que durante la gestión de Aníbal Ibarra, como jefe de Gobierno, se constituyeron como un importantísimo factor de contención social durante el transcurso de dicha crisis.

La autonomía de las comunas. ¿No podría acrecentar la ansiedad de los vecinos requiriendo soluciones inmediatas? 

Es fundamental que el vecino conozca que contar con ciertas autonomías no corta el hilo conductor de la dependencia con el gobierno central para resolver muchísimas situaciones. Sería un error creer que el sistema de comunas conlleva a una total descentralización. Por ello quizás hubiese sido conveniente una transición paulatina para evitar que quedase expuesto el sistema.

¿Qué diferencias encuentra en la comuna entre la época que le tocó gestionar y el período por venir?

Como dije, aunque no es la única diferencia, fundamentalmente la situación socio-económica es diametralmente  opuesta.

En la gestión que llevamos adelante fuimos administradores de la crisis, debimos constituirnos en un sostén social con situaciones de gravedad de muchos vecinos del territorio con escasísima recaudación del presupuesto. Como dato, tan sólo el 30% de los vecinos de la zona podían afrontar el pago del impuesto de Alumbrado, Barrido y Limpieza (ABL). Si tuviese que resumirla en pocas palabras creo que serían “Lucha entre el caos”.

A pesar de ello, con la articulación permanente con los vecinos, el apoyo del gobierno central y en ocasiones de la Defensoría del Pueblo se pudo hacer muchas cosas como, por ejemplo, la ubicación de los moradores de la ex fábrica Suchard sin tener que recurrir a ningún grado de violencia.

Hoy la participación de los vecinos está intacta y aún superada mayoritariamente por una juventud participativa con muchos deseos de cambiar.

-Por sus palabras intuyo su deseo de ser candidato en las próximas elecciones comunales.

Sin duda que tengo deseos de acceder a esa candidatura, con la aspiración de integrar la JC. Creo haber hecho méritos en mi gestión para pretender esa distinción y tener la oportunidad para desarrollar mi vocación de servicio dentro de un contexto escénico notoriamente más favorable.

Por último ¿En qué acciones enfatizaría hoy su gestión?

Es tentador explayarme en  una respuesta con  una lista extensa de acciones, pero tratándose de una síntesis voy a quedarme con tres: ocupación indebida de la vía pública, venta callejera y recuperación de una identidad barrial.